En días pasados se difundió por todas las redes sociales la noticia referente a que, un individuo de nombre Marco Fidel Ramírez, quien ostenta el cargo de consejal de familia en Colombia (cargo público análogo al de regidor que algunos países de tradición romano germánica tienen en sus municipios), estaba impulsando una campaña mediática con la intención de prohibir el concierto de la banda Marduk que se llevaría a cabo en Bogotá, Colombia, el próximo 5 de octubre, lo anterior con el argumento de que, las letras de las canciones de la banda van en contra de la moral cristiana y los sentimientos religiosos cristiano-católicos, curiosamente cancelándose el evento por el cierre temporal del local donde se llevaría a cabo por parte del alcalde de la ciudad de Bogotá, con el argumento de que no se había realizado el pago de los derechos para el evento (censura disfrazada). La anterior cuestión en pocos días se replicó en Guatemala, donde se lanzó una petición a través de la plataforma "change.org" para solicitar se impidiera el acceso de la banda con el siguiente texto:
La anterior cuestión trascendió la plataforma para que el pasado 26 de septiembre, el congreso de Guatemala vetara a la banda de dicho país, con una votación de 87 a 13 (otros 58 diputados que integran la cámara no estaban presentes, aunque sospecho que de haber estado presentes no cambiaría el sentido del voto, por cuestiones de tinte meramente político como lo es el ganarse el favor de la mayoría cristiana del país en las urnas), cancelándose en consecuencia el evento que tendría verificativo el 11 de octubre de 2018. Acá dejo la sesión del congreso de Guatemala para que quien guste se delite los oídos con las argumentaciones de los diputados, que mas parecerían sermoes de una iglesia pentecostal.
"No Queremos a MARDUK en Guatemala.Familias Cristianas ha iniciado esta petición dirigida a Gobierno de GuatemalaEste mensaje es para todos los Guatemaltecos Católicos y Cristianos que sabemos que las batallas contra Satanás se ganan orando. Pero la oración debe ser reforzada con actos, por lo que pido que firmes la petición, para que juntos impidamos que este grupo de Rock heavy metal de nombre MARDUK venga a blasfemar e insultar a Dios en nuestra propia casa (Guatemala).No podemos permanecer indiferentes.Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados , contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas.(Efesios 6:12).A finales de Septiembre y mediados de Octubre viene a Latinoamérica este grupo de origen Sueco el cual se hace llamar el grupo de rock más blasfemo del mundo y en sus canciones maldicen y profanan a Dios y a la Biblia. Su nombre MARDUK hace alusión al dios del imperio Babilónico, y es escalofriante ver sus vídeos y aún peor la traducción de sus canciones, con contenidos claramente de adoración satánica y blasfemias que atentan contra la Fe católica, cristiana, y los valores morales. Este grupo tiene programado concierto el 11 de Octubre en Guatemala.Unámonos todos en oración para que las autoridades escuchen el sentir general de todos los Guatemaltecos y cancelen este concierto que atentan contra la Fe y dignidad Cristiana y contra todos los valores morales. No permitamos que este grupo de adoradores blasfemos, esclavos de satán lleguen a nuestros jóvenes, corrompiendolos con sus canciones depravadas, aprovechándose de su vulnerabilidad.Como ven tenemos mucho por qué orar.Estemos alertas las fechas donde estará este grupo:Sep 25-Cochabamba-BoliviaSep 27- Buenos Aires- ArgentinaSep 28-Santiago- ChileSep 30- Quito-EcuadorOct 03-Pasto-ColombiaOct 05-Bogotá-ColombiaOct 06-Panamá City-PanamáOct 07-San José -Costa RicaOct 10-San Salvador-El SalvadorOct 11- Guatemala City- GuatemalaOct 13-Monterrey-MéxicoOct 14- México CDMX-MéxicoFirma ya y compártelo."
La anterior cuestión trascendió la plataforma para que el pasado 26 de septiembre, el congreso de Guatemala vetara a la banda de dicho país, con una votación de 87 a 13 (otros 58 diputados que integran la cámara no estaban presentes, aunque sospecho que de haber estado presentes no cambiaría el sentido del voto, por cuestiones de tinte meramente político como lo es el ganarse el favor de la mayoría cristiana del país en las urnas), cancelándose en consecuencia el evento que tendría verificativo el 11 de octubre de 2018. Acá dejo la sesión del congreso de Guatemala para que quien guste se delite los oídos con las argumentaciones de los diputados, que mas parecerían sermoes de una iglesia pentecostal.
Por otra parte, en México actualmente se ha lanzado una campaña por una organización denominada "familias cristianas" igualmente a través de la plataforma "change.org" con la finalidad de que Marduk no se presente los próximos días 13 y 14 de octubre en las ciudades de Monterrey y Cd. de México respectivamente, propuesta que no ha hecho tanto eco como las relativas de Guatemala y Colombia, pero que finalmente ahí está como muestra del pensamiento arcaico que aún prevalece en nuestras sociedades. Cabe destacarse como dato al margen, que curiosamente la organización "familias cristianas" tiene una sola petición en la plataforma, precisamente en la que se opone a la presentación de Marduk, petición que se encuentra redactada exactamente en los mismos términos que la se publicó en el caso de Guatemala (claramente se tarta de copy paste) y actualmente dicha organización cuenta con un número de seguidores que concuerda exactamente con el número de firmantes de la petición. Asimismo, no se garantiza por dicha plataforma que la totalidad de los firmantes pertenezcan al país en el que se formuló la petición, por lo que en términos generales carece de eficacia para demostrar que los habitantes de un determinado lugar se oponen a determinada cuestión.
El día de hoy se sabe que también en Guatemala se cancela un concierto de las bandas Cannibal Corpse y Napalm Death, con el argumento de que dicho evento no cumple con las medidas de seguridad requeridas, sin embargo, los organizadores han replicado dicha versión señalando que en todo momento se han ajustado a los lineamientos requeridos por todos los niveles de gobierno, sin que al momento en que se escribe esto haya sido difundida una versión diferente al respecto.
Respecto de lo anterior no tenía pensado expresar nada aquí, ya que la ola de fanáticos religiosos que se envalentonaron con la noticia relativa creció exponencialmente, y no estoy interesado en una oleada de esa gente en este blog, ya que donde quiera que se mencione el nombre Marduk en automático aparecen fanáticos a efecto de comentar imbecilidades propias de individuos afectados de cretinismo. Sin embargo, sí hay mucho que decir al respecto, aunque trataré de ser breve (en lo posible). Primeramente, es claro que cualquier persona se puede oponer en lo particular a que se lleven a cabo eventos que considera nocivos, sin embargo, para que el Estado como entidad gubernamental intervenga y cancele dichos eventos, se requiere mas que una simple manifestación en el sentido de que el evento es "ofensivo." Vivimos actualmente en una sociedad de ofendidos profesionales, donde lo que no ofende a unos ofende a los otros, de ahí que la tolerancia sea fundamental para la convivencia en sociedades plurales; tolerancia entendida como la aceptación de que, existen personas que viven y actúan de manera diferente.
Por otra parte, entrando en la conducta de los órganos de los Estados de Colombia y Guatemala, resulta un absurdo que en esos Estados declarados "laicos" (entrecomillado, en dos párrafos se explica el motivo) se prohíban eventos musicales o expresiones artísticas de cualquier tipo (véase como ejemplo este enlace en relación a la censura y posterior destrucción de una pintura realizada en un edificio gubernamental por instrucciones de un "obispo" católico, es decir, por los mismos motivos y argumentos religiosos,), con argumentos tan aberrantes y fuera del contexto de un Estado Laico, como que las letras de las canciones de una banda son ofensivas a los "sentimientos" religiosos o que atentan contra la "moral" cristiana o que son "blasfemas," ya que, ambas cuestiones (sentimientos y moral) se trata de concepciones subjetivas del individuo. La ofensa a los sentimientos no es un hecho concreto o tangible, sino que se trata de una percepción subjetiva que, en tanto subjetiva, puede variar de un individuo a otro, y lo mismo acontece con la moral, por lo que, lo que se considera moralmente bueno por un colectivo o lo que ofende a un grupo de personas puede no se moral o no ofender a otro, de ahí que las constituciones de los países democráticos, como se supone que son Colombia y Guatemala, recojan en sus articulados los principios de no discriminación, de libertad eidética, de desarrollo libre de la personalidad y de culto, entre otros, que en términos coloquiales pudiera traducirse como un mandato constitucional de ser tolerantes con quienes piensan y se desarrollan en sociedad de una manera distinta a la nuestra, principios que se contienen en los artículos 13, 16, 19 y 20 de la Constitución de Colombia y los artículos 4°, 35 y 36 de la constitución de Guatemala.
Por su parte, la blasfemia resulta en una cuestión un poco mas compleja, ya que implica una cuestión objetiva, dada la ofensa a una entidad divina ya sea de obra o de palabra. Así, si se sostiene que la blasfemia debe constituir un delito (no pecado), se restringen otros derechos de las personas, ya que, puede darse el caso que para un grupo de personas cualquier cosa constituya blasfemia, como acontece en diversos países, ya que hay Estados regidos por musulmanes (ISIS) que sostienen que la forma de vida occidental en general es blasfema contra sus dogmas, con la restricción absoluta de cualquier derecho a la libertad individual en dicho sentido. Así, a manera de ejemplo, para los practicantes del catolicismo constituye una blasfemia que las personas crean en la Santa Muerte (blasfemia de obra), así mismo, los católicos consideran blasfemas las oraciones que los adoradores de la Santa Muerte hacen (blasfemia de palabra), y como se puede advertir, en no pocas ocasiones el simple hecho de profesar una creencia distinta a la de otro grupo puede constituir blasfemia para uno o ambos sectores de la población, y aunque en el fondo no exista la intención expresa de "blasfemar," esta existe en sí y por sí, por lo que la blasfemia implica claramente un lastre para el desarrollo social y cultural, ya que atenta contra la libertad de culto, contra el libre desarrollo de la personalidad y eventualmente contra la libertad de prensa. Las anteriores cuestiones se concluyeron de esa manera desde la Revolución Francesa (1789), y actualmente, a mas de 200 años, en nuestros países seguimos debatiendo por absurdos como el que aquí se trata, por ende, la blasfemia como tal, sólo debe constituir una ofensa a la divinidad dentro de un culto, es decir, es dable que sea considerado como pecado o su equivalente dentro de los dogmas religiosos, mas no es dable ni debe tolerarse que la blasfemia se considere como delito o que sea perseguida por el Estado.
Ahora, si bien las constituciones de Colombia y Guatemala no contienen un artículo que expresamente declare que dichos Estados son laicos (en México el artículo 115 constitucional lo señala expresamente), sí existen artículos de los que se desprende dicha circunstancia. Debiéndose precisar en primer lugar que por Estado laico debe entenderse aquél que no está sujeto a iglesia o institución de carácter religioso (la clásica separación entre iglesia y Estado), por lo que, no existe una religión oficial de Estado como ocurría en épocas antiguas o en la actualidad en estados totalitarios en los que el Estado decide por los ciudadanos en qué deben creer y en qué no, con consecuencias funestas para quienes transgredan ello. Así, en un Estado Laico son aceptadas todas las creencias y cultos religiosos, con la única limitante de que no se promueva ni se incurra en ataques directos a los miembros de cultos diversos. De lo anterior, podemos concluir que de la redacción del artículo 19 de la constitución de Colombia y del artículo 13 de la constitución de Guatemala se desprende el principio de laicidad del Estado al permitir el libre ejercicio de todas las religiones.
Por ende, concluir como lo han hecho las personas que integran los órganos de los Estados de Colombia y Guatemala, que se suponen laicos, en el sentido de que la banda Marduk resulta ofensiva para los sentimientos religiosos, contraria a la moral cristiana y como una banda "blasfema," vetando así a la banda de su país, constituye en primer lugar la transgresión del Estado laico, así como una violación directa al derecho humano a la libertad de expresión, así como al derecho al libre desarrollo de la personalidad de las personas que en ambos países de manera voluntaria deciden comulgar con las ideas de la banda (libertad eidética) o que, sin comulgar con las letras de las canciones, deciden acudir al concierto por ser afines a la música de la banda. Así, al ser los derechos antes señalados los considerados como derechos fundamentales o derechos humanos, mismos que al ser los más básicos de los ciudadanos, los Estados están obligados a garantizarlos, de ahí que, en aras de sustentar una moralina religiosa se restrinjan esos derechos, resulta en una evidencia grave de la corrupción y la intolerancia que los países latinoamericanos han alcanzado, evidenciando con ello el total servilismo que los Estados aun guardan hacía el vaticano y otros grupos religiosos como los mormones. Servilismo entendido como el sometimiento total y rastrero de parte de los Estados a las instituciones religiosas.
Habrá quienes defiendan la postura de los gobiernos de Guatemala y Colombia bajo el argumento de que las letras de las canciones de Marduk los discriminan, y aunque la libertad de culto y no discriminación también son derechos humanos, es falso que las letras discriminen a los creyentes cristianos. Se sostiene que No se está discriminando a nadie que profese la fe cristiana con las letras de las canciones ni mucho menos de la simple presentación de una banda en un concierto organizado por la iniciativa privada, al que evidentemente sólo asisten personas afines al estilo de música de que se trata, sino que por el contrario, en el caso que se trata quienes discriminan e imponen sus credos a la fuerza son los cristianos-católicos, lo que se pone de manifiesto por el hecho de que a ningún cristiano que se oponga a las ideas de la banda se le obliga a asistir al concierto en contra de su voluntad, en cambio los cristianos y católicos sí obligan (como en el caso que se trata) a todos los que no piensen como ellos a No asistir a los conciertos que les desagradan sólo porque ellos así lo consideran correcto. La celebración de un concierto no implica que se niegue a los cristianos seguir siendo cristianos, ni se les impide acudir a sus iglesias, ni se les impide seguir orando, ni se les impide expresarse libremente sobre su credo, ni mucho menos se les impide el acceso a servicios básicos ni a derechos por que se presente Marduk en un concierto, no obstante, impedir que se lleve a cabo el concierto sí puede considerarse un acto discriminatorio por parte de los cristianos en contra de quienes no profesan su fe o no son afines a sus dogmas, ya que ahí sí se impide tener acceso a la libertad de concurrencia, a la libertad eidética, a la libertad de expresión y en última instancia incluso a la libertad de culto.
Habrá quienes defiendan la postura de los gobiernos de Guatemala y Colombia bajo el argumento de que las letras de las canciones de Marduk los discriminan, y aunque la libertad de culto y no discriminación también son derechos humanos, es falso que las letras discriminen a los creyentes cristianos. Se sostiene que No se está discriminando a nadie que profese la fe cristiana con las letras de las canciones ni mucho menos de la simple presentación de una banda en un concierto organizado por la iniciativa privada, al que evidentemente sólo asisten personas afines al estilo de música de que se trata, sino que por el contrario, en el caso que se trata quienes discriminan e imponen sus credos a la fuerza son los cristianos-católicos, lo que se pone de manifiesto por el hecho de que a ningún cristiano que se oponga a las ideas de la banda se le obliga a asistir al concierto en contra de su voluntad, en cambio los cristianos y católicos sí obligan (como en el caso que se trata) a todos los que no piensen como ellos a No asistir a los conciertos que les desagradan sólo porque ellos así lo consideran correcto. La celebración de un concierto no implica que se niegue a los cristianos seguir siendo cristianos, ni se les impide acudir a sus iglesias, ni se les impide seguir orando, ni se les impide expresarse libremente sobre su credo, ni mucho menos se les impide el acceso a servicios básicos ni a derechos por que se presente Marduk en un concierto, no obstante, impedir que se lleve a cabo el concierto sí puede considerarse un acto discriminatorio por parte de los cristianos en contra de quienes no profesan su fe o no son afines a sus dogmas, ya que ahí sí se impide tener acceso a la libertad de concurrencia, a la libertad eidética, a la libertad de expresión y en última instancia incluso a la libertad de culto.
Al prohibir los conciertos de Marduk (así como de Cannibal Corpse y Napalm Death), con argumentos de la calaña que se han venido señalando, se pone en evidencia que, al margen de lo que se dispone por las constituciones de dichos Estados, estos sí tienen verdaderas religiones oficiales de Estado así como creencias oficiales y creencias no autorizadas, lo que implica una actuación arbitraria y totalitaria de los Estados, ya que, quienes integran los órganos del Estado consideran que tienen el derecho de decidir qué tipo de música deben escuchar sus ciudadanos (al puro estilo de la China de Mao Zedong), así como a decidir qué creencias están permitidas y que otras no. No es de negarse que las letras de las canciones de Marduk sí se centran en contra de los dogmas de la religión cristiana, aunque como se ha señalado, no debe constituir ningún impedimento para que la banda se presente en un Estado que garantiza la libertad de credo y eidética, ya que esas libertades abarcan la posibilidad de creer en un dogma o no creer en el mismo, así mismo, implica la posibilidad de cuestionar determinados dogmas por considerarlos absurdos, o simplemente da la libertad de repudiarlos como lo hace Marduk en sus letras, ya que el simple hecho de repudiar un dogma públicamente por formar parte de una creencia diversa que se considera nociva no necesariamente tiene consecuencias adversas en contra de los creyentes de la misma, salvo los casos en que mas que repudiar al dogma se repudie a los practicantes de determinado culto y se incite a la violencia (como lo hacen los cristianos y musulmanes).
Para concluir, no debe pasar desapercibido que en el caso de Guatemala, la mayoría de la población se identifica con creencias relativas al cristianismo, así mismo, el consejal de familia en Colombia fue elegido debido su carácter religioso, por lo que, resulta completamente claro que en ambos casos (Guatemala y Colombia) lo que motiva a vetar a la banda lo es precisamente el lograr el favor popular y así obtener votos en próximas elecciones, cuestión que resulta completamente hipócrita, teniendo en cuenta primeramente la infinidad de casos de abuso sexual a menores que han surgido de las filas de la iglesia católica así como de distintas sectas cristianas, cuestiones contra las que no se oponen ni se manifiestan en contra y tachan de enemigos de la iglesia a quienes se atreven a poner el dedo sobre el renglón respecto de dichos temas, además de los casos de homosexualidad de sacerdotes en el vaticano (tema tabú para la iglesia) y los casos de desfalcos a las cuentas del banco del vaticano, lo que como ya se señaló, no se menciona nunca por los adeptos a dichos credos; además de que en ambos países la banda Marduk ya se había presentado (en Guatemala en 2005 y 2011) sin que se presentaran mayores conflictos. Debe concluirse que los Estados están para fomentar el desarrollo social, para fomentar y garantizar el respeto a los derechos humanos, para promover mejores condiciones sociales y de mercado que permitan un desarrollo social, cultural y económico, para garantizar la seguridad pública en combate y prevención de la delincuencia, y garantizar el desarrollo nacional, mas no para solapar la discriminación velada con la capa de la ofensa religiosa a favor de los cristianos, ni tampoco para asegurarse el favor popular con decisiones arbitrarias y demagogas que en el fondo implican violaciones de los derechos humanos, ya que los derechos humanos en ningún caso y por ningún motivo están sujetos a la voluntad de las mayorías por contundente que esta sea.
En fin, la decisión de vetar a la banda ha sido tomada en ambos países, decisión que a todas luces implica un punto negativo para nuestros países latinos, ya que se pone de manifiesto que no logramos liberarnos del yugo de instituciones arcaicas y que, tampoco logramos entender lo que el respeto a los derechos humanos significa, poniendo de manifiesto que nuestros gobernantes son unos completos ineptos que siempre velaran por el beneficio propio sin tener en cuenta al prójimo y desatendiendo la tolerancia para otras formas de pensar, cuestiones impropias de un gobierno democrático.
El análisis se centró en derechos y leyes por el simple hecho de que, quienes vetaron a las bandas son en última instancia los gobiernos de Colombia y Guatemala, de ahí que deba hacerse en base a las reglas que se supone rigen en dichos territorios y que e supone que dichos gobiernos deben hacer respetar, aunque aquí si aplica aquel dicho que reza "hágase la voluntad de dios pero en los bueyes de mi compadre." Esperemos que esto no sea mas que una moda pasajera y que próximamente podamos seguir disfrutando de shows musicales de Heavy Metal en todas sus vertientes de manera libre en toda Latinoamérica.
ACTUALIZACIÓN: Los conciertos que se llevarían a cabo en Panamá y en la Ciudad de Monterrey, México, fueron cancelados por los mismos motivos de índole religiosa.
El análisis se centró en derechos y leyes por el simple hecho de que, quienes vetaron a las bandas son en última instancia los gobiernos de Colombia y Guatemala, de ahí que deba hacerse en base a las reglas que se supone rigen en dichos territorios y que e supone que dichos gobiernos deben hacer respetar, aunque aquí si aplica aquel dicho que reza "hágase la voluntad de dios pero en los bueyes de mi compadre." Esperemos que esto no sea mas que una moda pasajera y que próximamente podamos seguir disfrutando de shows musicales de Heavy Metal en todas sus vertientes de manera libre en toda Latinoamérica.
ACTUALIZACIÓN: Los conciertos que se llevarían a cabo en Panamá y en la Ciudad de Monterrey, México, fueron cancelados por los mismos motivos de índole religiosa.
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